Add parallel Print Page Options

Pero todos se han descarriado,
    a una se han corrompido.
No hay nadie que haga lo bueno;
    ¡no hay uno solo!

¿Acaso no entienden todos los que hacen lo malo,
    los que devoran a mi pueblo como si fuera pan?
    ¡Jamás invocan a Dios!
Allí los tenéis, sobrecogidos de miedo,
    cuando no hay nada que temer.
Dios dispersó los huesos de quienes te atacaban;
    tú los avergonzaste, porque Dios los rechazó.

Read full chapter